sábado, 5 de noviembre de 2011

Nada más lindo que ganar en casa.

Será el primer enfrentamiento entre ambos.
Eso estará pensando Roger en este momento. Que jugo un partidaso en el ATP 500 de Basilea, el torneo que lo vio nacer, que lo vio jugar desde que era un junior. Y nada más lindo que ganarle a un amigo y compatriota en tu casa, a Wawrinka, con el que tiene una conocida amistad.
Roger jugó muy bien al tenis. Y Wawrinka a en el primer set no decepcionó. Le pego y le pego a la pelotita, y como le pegó! precisión, fuerza, solides. Pero hace falta más que eso para ganarle a Federer. Hace falta perfección, y Wawrinka no lo tuvo, porque si bien jugó un gran primer parcial, y pudo llevarlo a un tie break, en el que se pudo imponer el número 3 del mundo, en el segundo se pinchó, no mostró lo que había hecho en el primer set. Era otro. Tal vez tiene que ver con lo anímico, como dijo el gran comentarista y periodista Salatino, habrá sentido la impotencia de jugar bárbaro y ni con eso poder ganar. En definitiva no jugó bien y Roger terminó ganando el partido por 7-6 y 6-2, y así acceder a una nueva final de Basilea, y aunque no lo crean, no será ante Djokovic, será ante Nishikori, el verdugo de el número 1 del mundo, que le ganó en un partido bueno, pero muy extraño por 2-6, 7-6 y 6-0.
En Valencia, tenemos presencia argentina en las dos semifinales, y todos soñábamos con una final argentina en España. Pero no se podrá dar, porque para sorpresa de la mayoría, Granollers le ganó a Del Potro por 6-4 y 7-6.
Con esta derrota, el tandilense perdió una buena chance para acercarse más al Masters de Londres. Es más prácticamente quedó afuera, y más teniendo en cuenta, que dio a entender que como suplente no iba a ir, para poder descansar para la final de la Copa Davis.
Mónaco, es el otro semifinalista argentino. Todavía no jugó. En un rato comenzará lo que será un duro partido ante Ferrer, en lo que puede llegar a ser un anticipo de la Davis.

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